martes, 17 de febrero de 2015

El querer y no poder de la Sanidad Saharaui

No solo la falta de medicamentos, si no la escasez de personal formado y sobre todo actualizado son las tres deficiencias más visibles en el área sanitario.

Puerta de entrada al hospital del Aaiun
El sector que más problemas presenta en el sistema de los campamentos saharauis es todo lo relacionado a la Sanidad. El primer día, como toma de primer contacto la organización Miradas del Sahara acudió al hospital del Aaiun (la wilaya en la que se hospedaron durante toda su estancia). Según informó el director del Hospital del Aaiun, los medicamentos que más necesitan en el hospital son antibióticos, antipiréticos, analgésicos fuertes, protectores gástricos y pañales para niños.

La ausencia de actualización dentro de los conocimientos del personal se da en casos en los que reciben ciertos instrumentos que nunca han conocido. Para ello al menos dos veces al año suelen acudir organizaciones españolas para dar cursillos a los enfermeros, enfermeras y médicos sobre esas nuevas técnicas.

El dispensario de medicamentos del hospital del Aaiun

En este centro hay cinco médicos, y su trabajo se reparte en turnos, tres de ellos trabajan durante toda la semana mientras que los otros dos descansan con sus familias. Cuentan con dos ambulancias, una de ellas para evacuaciones al hospital central de los campamentos que está en Rabuni. A veces, cuando por salud no es recomendable que los pacientes salgan de sus casas, son los médicos los que acuden a ellos en sus propios coches. El área más concurrida en el hospital es la de rayos, que dispone de una máquina nueva. Según informó unos de los técnicos de rayos, normalmente se atienden a 25 personas por día.


El vacío de la fisioterapia

La construcción del hospital es de adobe, por lo que las fuertes lluvias que arrasaron hace tres meses los campamentos de Tindouf se llevaron por delante muchas áreas, como es el caso de la zona de fisioterapia de la wilaya. Por ello, actualmente, cada vez que alguien necesita ayuda de un fisioterapeuta y va al hospital del Aaiun le dirigen directamente al hospital de otra wilaya. Esto no sería complicado en el mundo occidental, pero sí lo es en los campamentos saharauis, ya que por la falta de medios de transporte de las propias familias muchos enfermos terminan por no acudir a las consultas de las otras wilayas a las que son redirigidos. En conclusión, en la actualidad prácticamente no son tratados por fisioterapeutas en la wilaya Aaiun.

Gracias a que en el equipo de Miradas del Sahara contaban con el fisioterapeuta, Humerto Rico, durante su estancia, el propio hospital ofreció un dispensario -algo parecido a un ambulatorio- para que allí Rico pudiese atender a todos aquellos enfermos que por sus circunstancias no se pueden transportar hasta otras wilayas. A pesar de las largas mañanas que Humberto estuvo tratando a los distintos pacientes, el tiempo era escaso por lo que también estaban aquellos que acudían a la casa en la que se hospedaba el grupo para ser tratados por el fisioterapeuta en su tiempo libre. La fisioterapia es un área con un vacío enorme dentro de la salud saharaui, se podría decir que se tratan de los profesionales más necesitados y escasos en los campamentos.

Humberto Rico tratando a un niño con un daño cerebralsin diagnosticar

Salud infantil

Según afirmó el director del hospital de la wilaya Aaiun los niños y niñas, generalmente, no van a consulta. Por ello, para intentar cambiar la mentalidad de sus padres y madres, se ha creado una comisión que va a las escuelas para dar charlas tanto a los progenitores como a los maestros y maestras de sensibilización. De esta forma intentan impulsar que los niños y niñas sean llevados al hospital cuando están enfermos, sobre todo al dentista. Lo que intentan es que de esta forma, los profesores puedan diagnosticar desde la escuela que un niño tiene cierta enfermedad y que así sea tratada en el hospital.

Estas charlas de sensibilización intentan hacer hincapié en la importancia de la dentadura, ya que el agua que se bebe en los campamento es rica en yodo y flúor, componentes que perjudican la dentadura. Lo que más se trata en el área de odontología son las caries, un 70%, también la minerilización del esmalte -por el agua anteriormente mencionada-. Según afirma el dentista del hospital existe una mala higiene bucal, ya que por mucho que las charlas hagan efecto en los niños y niñas cuando acuden a casa a lavarse los dientes rara vez disponen de pasta y cepillos de dientes.


Dentista mostrando los problemas dentales de una paciente


Del hogar al hospital

Este hospital tiene camas para tratar a 60 pacientes, aún así, en esta visita únicamente cuatro de ellas estaban ocupadas, hay que tener en cuenta, como informó el guía de la visita, que es la estación invernal y que durante el verano, como llegan temperaturas de 50 grados, es cuando más se requiere el hospedaje de los enfermos en el propio hospital.

Los pacientes que deciden quedarse en el hospital pueden traer a sus familias con ellos, ya que si no nadie querría quedarse en el centro por la sencilla razón de que la cultura saharaui es muy familiar y les resulta prácticamente imposible pensar en estar alejados de su hogar. Por eso mismo, a pesar de que en el hospital hay mantas suficientes para las 60 camas, son las propias familias las que deciden llevar las suyas, para así sentirse lo más cercanos al hogar.


Uno de los mayores problemas visibles para hospedarse en el hospital son las dietas. Hay una única comida para todos los pacientes, por lo que aquellos que padezcan, por ejemplo, diabetes o anemia, o bien alteran su dieta con la comida general que les ofrece el hospital o es su familia la encargada de hacerles un régimen especial.
 

Habitación individual

Especial apoyo del pueblo Navarro
El 90% del material sanitario recaudado en este hospital viene de la ayuda humanitaria, sobre todo proviene del pueblo español, no del Gobierno. El propio director del hospital quiso hacer hincapié en la gran diferencia que existe entre el Gobierno y el pueblo español, a los que están enormemente agradecidos. Sobre todo a Nafarroa, dado que el hospital del Aaiun está especialmente financiado por esta comunidad desde hace 21 años. Entre otras muchas cosas, Nafarroa es la que se encarga de los salarios de los trabajadores del hospital, actualmente de reconstruir todo lo destrozado por las inundaciones, de los motores generadores de electricidad que sirven para respirar...

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